Al vivir en
California, es común que nos encontremos constantemente con términos diversos
para referirse a la población hispanohablante que habita en esta región. La
inmigración de personas de distintas nacionalidades y regiones del mundo hace
difícil definir una misma denominación para todos aquellos que hablan español.
De este modo, los términos hispano o latino salen a relucir y muchas veces se
usan de manera indistinta. ¿Cuáles son los origenes y las
connotaciones de los usos de estos términos? Existen varias
acepciones para estas palabras, entonces vamos a comenzar por sus definiciones
históricas y literales para después llegar al uso o los usos contemporáneos.
Hispano
El término
hispano tiene sus raíces en la antigua roma. Los romanos le llamaban Hispania al
territorio de la península ibérica a partir del siglo I a.C. por escritores latinos
y griegos como alternativo al nombre Iberia. Sin embargo, la palabra en sí no
es de origen latino. La palabra viene del fenicio y está documentada desde el
segundo milenio antes de Cristo. Como aún no existía Portugal ni España en esa
época, todos los habitantes de esa zona vivían en Hispania.
En los siglos VI y VII ya se empieza ver el uso de Spaniae y España pero con un uso inestable hasta la Alta Edad Media durante el dominio de los musulmanes. El reino de Portugal existía aparte de lo que se conocía como España como escisión del anterior Reino de Asturias durante la Reconquista.
El uso de
la palabra hispano toma importancia para los Estados Unidos en 1970
debido a las políticas de su gobierno. Primero se tomó como una forma de
establecer una categoría racial que después se tuvo que ampliar como categoría
independiente. De esa forma, requiere identificar también raza, etnia e idioma
nativo.
Gracias a las idiosincrasias de los estadounidenses, el intento de categorizar un grupo tan variado resulta en mucha confusión y malentendidos. Según la Real Academia Española, hispanos son los habitantes de la antigua Hispania romana y los ciudadanos de las naciones de Hispanoamérica, entre las que se incluyen España y los hispanohablantes de América, África y Asia así como los habitantes de los Estados Unidos que sean originarios de algunos de estos países. Pero en los Estados Unidos no se consideran los filipinos, guameños o judíos españoles como hispanos.
Latino
Los
términos Latino y Latina para referirse a cierto grupo demográfico tienen sus raíces
en el latín. Su uso se deriva de las diferencias culturales entre los países de
idiomas romances contemporáneos como Italia, España, Francia, Portugal y
Rumania, con otros países incluyendo los países alemanes del noroeste y centro
de Europa. Tendencia que creció por la influencia del protestantismo.
La introducción del término América latina se debe a un embajador francés en el siglo XIX cuyo objetivo fue separar emocionalmente a los países que acababan de independizarse de España y favorecer los intereses de Francia. Esta idea fue aceptada y difundida por intelectuales latinoamericanos y líderes políticos que ya no miraban hacia España y Portugal como modelos culturales sino hacia Francia.
En los Estados Unidos, el término Latino fue oficialmente adoptada en 1997 por el gobierno como alternativa al uso de hispano. Sin embargo, sigue siendo un término cultural, y no racial, por lo cual depende de cómo se identifica la persona.
Confusión/Polémica
Por su
ambigüedad etimológica, estos dos términos se han encontrado como protagonistas
de un debate, a veces muy apasionado, sobre todo en los Estados Unidos. En el
afán de categorizar a tantos grupos de personas bajo un nombre aprobado puede ser
muy difícil para este país. Supuestamente, hispanos son aquellos que provienen
de un país de cultura hispanohablante que por naturaleza excluye a países
latinoamericanos como Brasil y los territorios franceses e ingleses. Pero los
latinos, sí se definen por latinoamericanos, excluyen a los portugueses y
españoles. Si tomamos la definición más amplia de la palabra entonces estamos
incluyendo a toda la Europa latina, sus territorios y todos esos otros países
que llevan influencia latina por el mundo.
Lo cierto
es que estas palabras tienen mucho que ver con cuestiones de identificación
cultural y también con motivaciones políticas. Su elasticidad puede
dividir igual que unir a un gran número de personas, no solamente en los Estados Unidos sino también en todo el mundo.