En todos los años que tengo
recorriendo la zona de Bell, jamás me di cuenta de la existencia de este
restaurante. La primera vez que me encontré con la Casita Mexicana fue
en el festival de comida mexicana en Los Ángeles, "A Taste of Mexico"
el año pasado. Después de las recomendaciones de dos amigos, originarios del DF,
tuve que averiguar si en efecto se encontraba buena y auténtica comida mexicana
en esa ciudad.
Al sur del centro de Los Ángeles, en la zona residencial de Bell, se encuentra el restaurante de Jaime Martin Del Campo y Ramiro
Arvizu. Estos dos chefs gozan de fama internacional llevando la reputación
de la cocina mexicana muy en alto. Hace 14 años abrieron La Casita Mexicana y continúa teniendo éxito como representante legítimo de
la cenaduría mexicana en el sur de California con varios premios tanto locales
como nacionales. Los dos vienen del estado de Jalisco y ahora viajan por todo
el mundo participando en varios eventos de gastronomía.
El restaurante está
decorado con un estilo muy rústico mexicano con colores brillantes, obras populares mexicanas de
frutas o de la Virgen de Guadalupe en las paredes y mesas de madera. Mientras esperas tu bebida o comida te
entretienen con totopos salpicados con tres diferentes moles. Ya con eso
comienza una degustación de sabores difícil de encontrar en EEUU. Su carta de
bebidas me sorprendió con la opción de vino mexicano que, aunque Los Ángeles se
encuentra solo a unas tres o cuatro horas de las vinícolas en Baja, su oferta en
esta ciudad es virtualmente nulo. Aquí te
ofrecen tres vinos tintos y tres blancos, todos de la vinícola de L.A. Cetto en
el valle de Guadalupe, B.C., una de las vinícolas más
comerciales de México.
Una de las
razones por las que quise probar este restaurante fue por que las dos personas que me lo
sugirieron también me recomendaron el mismo platillo: chile en Nogada. Es un chile verde relleno de carne molida,
fruta seca y nopal. El chile está bañado por una crema de nuez y
espolvoreado con granada. Me dio aún más
confianza cuando al preguntarle al mesero que me sugería, no dudó en recomendar el chile en Nogada.
Pues, tengo el gusto de comentar que tenían toda la razón. Estaba exquisito. Se podían degustar todos los sabores sin que uno sofocara al otro. La crema no estaba
nada pesada y la granada le dio un toque de dulce que realmente complementó el
resto del platillo.
Lo que también
me dio mucho gusto es el manejo de las porciones de cada platillo. Según yo, el
problema de muchos restaurantes en EEUU es servir tanto que empalaga. Después
de mucha comida a nadie se le antoja un postre, por lo cual muchos
restaurantes se roban a sí mismos de los beneficios que añaden los postres y sus
bebidas acompañantes tanto a la ampliación de su carta y el aumento financiero
en cada cuenta. Después del chile en Nogada mi sentí satisfecho y listo para
probar un postre y terminar con un cafecito. Ordené un café de olla y un flan
con Kahlua. El flan y el Kahlua hicieron una mancuerna exitosa de sabores y el café
estaba muy sabroso con su piloncillo.
Espera
gastar alrededor de $25 USD por persona (no incluyendo bebidas alcohólicas)
Ambiente:
4/5
Costo: 5/5
Autenticidad: 4/5
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